viernes, 31 de julio de 2009

A raiz de un retrato inconcluso

Brindo por esa arrogancia tan plena que emana tu boca
y tu ego tan grande que traspasa mi barrera,
alzo la copa a favor de tu liviandad al andar por la vida,
por la ligereza de tus preocupaciones, si...
esas que dejas de lado.

Brindo por tu labia infinita
y la carente importancia que le das a hacer daño,
brindo hasta vaciar mi copa por ti, mi querido amigo,
porque de no haber sido tu así,
nunca te habría conocido.

Me fumo un cigarro en tu nombre
y en el del dolor que me dejaste y ya no se siente,
me fumo este cigarro por los recuerdos vividos
y los que nos faltan por tejer amigo mio.

Me regreso a la luna con una cajetilla y botella vacías,
en honor a esta confluencia de vidas.

Hago un brindis y me fumo un cigarro
en nombre de tu toma de desiciones
y del paso a veces tambaleante pero siempre constante
que asegura el camino bajo mis pies.

jueves, 23 de julio de 2009

Una noche

“Una noche en silencio” le demande a gritos a la nada y una noche de soledad tranquila fue lo que me entrego.

Me tropecé con cada uno de los ecos que emitían mis pasos, me senté bajo una solitaria sombra que alumbraba un rincón, carcomí el tiempo con cada respiro y le devolví al tiempo la razón en dos suspiros, extendí los brazos para esparcir mi “yo” sobre una espacio vacío que no podía tocarme y cerré los ojos para permitirle me hiciera el amor, mas la cordura de mi inocencia persistía en llorar, se sentía abandonada y la abrase, la ame como a nada he amado antes.

Me descubrí bañada de mi propia esencia, rodeando mi cuerpo con una piel que al parecer me pertenece, mis brazos desganados contenían una furia dormida en un prisionero sueño de tempestades que no querían despertar y grite… grite hasta que de mis garganta no surgieran más que tristes flores, hasta que mi voz se volvió un acorde con las estrellas, desgarre el destino con mis uñas el no debía existir para mi ni yo para el y tome del suelo uno a uno sus retazos.

Corrí ciegamente con el regazo lleno de “mañana”, contuve contra mi pecho ese legado de ilusiones que revoloteaban invisibles por todas partes, las esparcí sobre mi cama para que se volvieran la sábana blanca que me dejara descansar una noche, viendo a las luciérnagas mirar con los ojos cerrados el cielo, las luciérnagas que no saben volar…
Lentamente que quedé en silencio traspasando una membrana cotidiana, me extendí sobre el universo, molécula tras molécula me convertí en un todo, ese todo que hoy te abraza y no sientes, me convertí en la nada que entra y sale de tu cuerpo, y entonces… lo comprendí, soy el universo y soy la nada, soy el volar de esas luciérnagas que miran el firmamento, soy su impotencia, lo soy todo y únicamente soy nada, infinitamente soy… callé un momento, me sentí humana, me vi humana, calle humanamente, y desaparecí … una noche tranquila y sola, una noche para las luciérnagas que no saben volar… una noche en silencio.

sábado, 4 de julio de 2009

Me vuelvo al norte

Me decidí a viajar al sur, pero solo un poco, no tanto como llegar hasta los bosques de placeres rodeados de cavernas que contienen la infinita pacón, tampoco a las planicies tersas de la ternura casi infantil, solo quería viajar un poco al sur.

Llegué a las lagunas que desbordan sentimiento, a los ríos que desbocan con entrega total sin que nadie pueda detenerlos, me encontré con flores que abrían cada tanto, variantes a cada tactos, un camino de pétalos marchitos que se dirigía a un cementerio de naturaleza muerta, pero preferí no entrar, me tumbe sobre una Jerbera para que me abrazara con sus brillantes colores y me mesiera con esa brisa dulzona que sabia un poco a miel, un poco a tibio descanso, un poco a amargura y reía con la voz de los besos, al pasar sobre mi hombro.

Permanesí con los ojos cerrados para no olvidar ningún detalle y entonces... te soñé, solo así: Te soñé; Y los ríos se dejaron llevar al cause de un magnetismo frenético, los lagos que contenían tanto sentimiento se desbordaron, las flores brotaban una tras otra, la brisa se volvió un viento firme e imponente, incluso creí sentir un estremecimiento venido de mas al sur.

Quise quedarme ahí, a vivir bajo ese cielo negro en un lugar tan maravilloso que no necesitaba de mas luz, quise permanecer en aquel sitio, hasta que los pétalos me cortaron la piel y las aguas cristalinas se avalanzaron contra mi para beber mi sangre, hasta que el mismo aire me tomo del cuello y no me dejó respirar.

Hoy... hoy me vuelvo a norte, donde abundan las cambiantes dunas del pensamiento, hoy me regreso al cielo de mi ser, pasando por unos ansiosos labios avandonados, sobre una nariz que busca el aroma de ese sueño de eterna primavera nublada, sobre un par de ojos que se abren al encontrarte siendo lo mas cercano a aquel sueño, pero yo... yo me vuelvo al norte aunque tu existas, mis ojos te ven pero yo ya no, no quiero volver al campo de flores, mas me llevo tu sueño al pensamiento, donde no pueda sufrirlo.

Me vuelvo al norte, porque me canse de viajar al sur, y de sus inestabilidades, su clima cambiante, su timides y su falta de confianza, me regreso a los cielos del pensamiento, donde no hay dudas, solo verdades, donde no hay ilusiones, solo hay lo que hay.

Me vuelvo a los reinos racionales, porque todo territorio mas allá de la frontera de los labios aun debe madurar, aun debe crecer, me vuelvo a lo exacto y lo cuadrado para ver si puedo darle curvatura a alguno de sus lados, me vuelvo al Norte, pero me llevo tu sueño de la mano.