jueves, 29 de septiembre de 2011

Cisne

Estaba sentada detrás de la ventana, mirando el gris de su escenario empapado por la lluvia, soltó un enorme suspiro, esa noche no habría danza en el inmenso escenario que era la ciudad, esa noche los faros que la iluminarían estarían solos, como reflectores apagados en un teatro decierto.

Sus piernas se movían nerviosamente, casi sentía que le rogaban bailar, miró sus zapatillas negras apresadas entre sus manos, escuchaba gota a gota las notas de una melodía que no entendía, parecía que el cielo nunca terminaría de caerse; se levanto rápido a tomar su paraguas y salir del lugar, tal vez la tormenta se calmarla al verla frágil ser golpeada por cada lágrima de lluvia.

La explosión de los charcos bajo sus pies de pronto se veía opacado por la melodía suave... distante, hermosa de algo que no conocía, corrió, tan rápido como puro estrujando en su mano libre sus instrumentos de arte, se salpico el cuerpo de lodo, de tierra, de húmeda ciudad, corrió hasta perder su única protección contra el agua, corrió incesantemente impregnándose de un cielo escurrido y nocturno, corrió hasta encontrar al dueño de esa voz.

Un cisne... era todo lo que había, un cisne cantando bajo la lluvia, se acerco lento hasta saberse observada por aquella hermosa criatura.

-¿Porqué cantas? ¿Qué no vez que llueve? incluso tus plumas se han arruinado y no te detienes, cantas con el mismo fervor de los días bellos.

El cisne guardo silencio, miro la cara de desconcierto de la única chica que figuraba entre su nocturno publico y exhalo algo parecido a un suspiro.

-Tu cabello esta empapado y eso no implica que este arruinado, tu cuerpo es apresado por el frío de tus ropas húmedas y eso no impide que te muevas, has salido a la lluvia incluso sujetando tus zapatillas... porque seguramente no has abandonado la idea de bailar... entonces ¿Qué te detiene? el llanto del cielo no es mas que un acento a la interpretación de nuestro arte, cada gota es la melodía incompleta que espera a los artistas... yo canto porque así lo quiero, porque la noche me ha traído la melodía para mi voz... porque aprendí a cantar bajo la lluvia.

La joven quedó desconcertada "aprender a bailar bajo la lluvia" "interpretar su arte bajo un cielo nocturno que llora", se sentó en el duro suelo, se despojo de sus zapatos, tomó las zapatillas pero se detuvo, sintió la libertad de sus pies, la suavidad de una caricia de agua, al final sus pies quedaron desnudos.

Se puso en pie, erguida como quien se siente orgulloso, la ciudad ahora parecía pequeña, miro al cisne y asintió, el comenzó a cantar mientras ella interpretaba con su cuerpo lo que los sonidos y las palabras no podían, ella sabía que la noche no les daría tregua, no importaba, lo cierto era que ahora ya no quería detenerse.

"Será que muchos saben cantar, será que muchos saben bailar... pero pocos son los que saben hacerlo bajo la lluvia"

martes, 8 de febrero de 2011

Una noche

Estaba siguiendo una estrella, una de esas que corren lento y aun así nunca se alcanzan, sus manos tocaron su luz, su cuerpo quedo en el sopor de la nada de una noche que puntual llegaba a su ventana y se postraba en una cama que no le pertenecía, el reloj hacia eco en cada una de las paredes buscando escape de esa habitación perdiéndose en el olvido.

Ella perseguía entonces un estático horizonte desde el mismo techo, corría tras el con la mirada, una mirada que nunca avanza y bien entrada la madrugada se volvía liquida en una oscura esquina de una calle sola y fría, de esas que no saben abrasar, de aquellas que no saben soñar.

Se quedo dormida sobre un árbol, se quedo sin vida en un tablero de ajedrez donde nadie había movido ninguna pieza... donde nunca nadie la encontró, ni siquiera aquella estrella que corría lento buscándola de galaxia en galaxia.