martes, 8 de febrero de 2011

Una noche

Estaba siguiendo una estrella, una de esas que corren lento y aun así nunca se alcanzan, sus manos tocaron su luz, su cuerpo quedo en el sopor de la nada de una noche que puntual llegaba a su ventana y se postraba en una cama que no le pertenecía, el reloj hacia eco en cada una de las paredes buscando escape de esa habitación perdiéndose en el olvido.

Ella perseguía entonces un estático horizonte desde el mismo techo, corría tras el con la mirada, una mirada que nunca avanza y bien entrada la madrugada se volvía liquida en una oscura esquina de una calle sola y fría, de esas que no saben abrasar, de aquellas que no saben soñar.

Se quedo dormida sobre un árbol, se quedo sin vida en un tablero de ajedrez donde nadie había movido ninguna pieza... donde nunca nadie la encontró, ni siquiera aquella estrella que corría lento buscándola de galaxia en galaxia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario